Ya lo veía venir

Al fin el cuento donde aparece el príncipe azul se acabó. Ese que yo tenía y que parecía más una historia de Hans Christian Andersen que uno realizado por Disney y que, como ocurre en los textos del danés, terminó en tragedia y sin la compañía del hombre se sangre real.

Entre mi revoltijo mental y la duda acechante y constante, volví al reencuentro con mi amiga Alice, la que me sacudió e hizo entender que nada de lo que yo pensaba que estaba mal hecho era así; sino que había dado más que mis tarjetas de crédito podían soportar y más de lo que mi walking closet tenía en capacidad y me entregó ese "despierta" tan necesario en época de liquidaciones (las cuales se deben aprovechar sí o sí).

Así que en vez de repetirme como Fabiana Cantilo "yo lo podía haber hecho mejor", recordé uno de los éxitos de Britney y me dije "debo ser stronger than yesterday", así que saqué mi colorete fashion, el vestido de cóctel y la agenda de la caja fuerte y partí por la vida a recordar a esos hombres ávidos por invitarme un café, una cena o a un evento socialité, sólo para que les suba su estampa.

Recordé de un momento a otro que a mí nadie ni nada me manda, sólo me transtorno por alguna liquidación de maquillaje, ropa o zapatos, pero vuelvo a mi sano juicio tras adquirir los narcóticos productos, no por los hombres, quienes son los que se deben volver locos por mí y por tratar de tenerme a su lado.

En fin, además del maquillaje, efectué una operación cambio de look extremo para que todo se concentrara en mi rostro, es decir, me lo deje muy corto (obvio que a la moda). Con eso, el bono de hombres me subió a los cielos y di vuelta varios capítulos de los que servirán para una soup opera norteamericana, cuando les venda los derechos en millones de dólares.

La trama seguirá su curso, la verdad no sé que acontece en el futuro, ya que pitonisa no soy, pero como he sido una niña buena, sólo con ropa de Casta y Devota, cumpliendo todo lo que me enseñó el colegio católico y puse la otra mejilla; sé que ahora en adelante sólo estará el recuerdo de nuestro último día juntos, en donde yo miraba con cara de aburrida y Él estaba con su poker face habitual; con lo que recordé que ya no estaba ni ahí con tener un "Bad Romance" (que ya es una canción antigua y yo siempre estoy a la moda) y por eso ahora voy por la vida con un soundtrack que comienza con el bendito "I'm sexy and I know it".



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