Fue amor


Necesité de un poco de tiempo para darme cuenta de que estar en un San Valentín sola no era para morirse. Incluso, me pareció mucho mejor caminar por la vida con la frente en alto y mis prendas de última generación, captando las miradas de los hombres que agazajaban a sus parejas -que me observaban como el fruto prohibido-, era más entretenido que andar de la mano con un espécimen cualquiera, con chocolates que te engordan y rosas que no son exclusivas, como todos las cursilerías que a una Diva rubia le desagradan (porque aún sigo siendo rubia).

Es más, en el intertanto de mi paseo nocturno de 13 a 14 de febrero y mi salida el mismo día de los enamorados, pude observar como todos esos hombrones, algunos más guapos y adinerados que otros, no podían despegarse de mi curvilíneo cuerpo y del andar de catwalk que me caracteriza, con tanto arrepentimiento que a la tonta de turno le seguían el juego del "sí, mi amor; sí, mi vida" y yo movía la cabellera de manera salvaje y provocativa, al estilo "quiero robarte a tu galán, porque soy muy mala y mejor que tú".

Y, entre que pensaba eso -que era mejor que las otras- caí en que este era el primer día de los enamorados que no pasaba con un hombre baboso y perdido en mí. Así, recordé como Él, los años anteriores, me invitó a salir, me cortejó, me llevo a una habitación de lujo y demostró su hombría, pero esa sensación no me llenaba tanto como ahora, que me siento libre y sana, sin ese perjuicio de estar con alguien no a la moda, que sea un donjuán de primera y que no me tenga al tope de su lista de prioridades.

Incluso, ahora que lo pienso fríamente, gracias al aire acondicionado y la brisa marina que se cuela por mi cabellera y mi falda de verano, con mis accesorios de lo más Tous, yo le quise mucho, tanto como para dejar que pasara todo eso y que no cumpliera los requisitos mínimos que le pido a cualquier caballero que desee solamente mi compañía. Le quise tanto, como el rencor que me dio después y la alegría que tengo ahora de no estar junto a él, puesto que me cortaba las alas de fairy -que eran tornasoladas y transparentes- y que, ahora están mucho mejor, después del descanso.

Y, si bien repito lo que la única ícono del rock en español canta, es porque, como diva que es, le dieron en el clavo que una relación tortuosa, si bien estaba full of emotions, y queda el cariño, ya fue... Fito Páez debería enseñarle a Él la parte que dice "yo podría haberlo hecho mejor...", pero ya no lo hizo. Y de seguro yo tampoco lo haré.