Y todas iban a ser Miss 17...

Algo me remeció en totalidad en estos últimos días. Y no fue enterarme de que Yves Saint Laurent estaba fallecido desde hace un tiempo, ni por perderme una liquidación de esas de fin de temporada. Lo que me acongojó fue la noticia de las niñas del Colegio Cumbres. Yo me encontraba de lo más bien sentada en el sillón de manicura, cuando de repente en las noticias escucho la tragedia. En ese instante me saqué los pepinos de la cara, casi di vuelta la parafina, le pegué a la manicurista y más encima tuve un pseudo desmayo.

Fue atroz. Lo más atroz después de la moda de los 80 y los pantalones de paracaidista. Peor que las chaquetas con grandes hombreras, el terraplén y los pantalones con pinzas. Me sentí muy mal. El mundo me daba vueltas y la tristeza me inundaba. En especial al saber en las condiciones que se encontraban las muchachitas.
Es que no creo que haya nada más terrible en esta vida que, aparte de haberse muerto en un accidente de bus (si una a morir de un accidente tiene que ser mínimo en clase ejecutiva y en avión), que te trasladen a ¡un hospital! y más encima en lo que pillaran, ni siquiera en auto último modelo. La verdad es que entre más me enteraba de la noticia, más neurótica me ponía.

O sea, de verdad comprendo que las niñas estuviesen de gira en esos lugares alejados, ya que a una igual le tira ir a ver autóctonos y ver cómo se vivía en la antigüedad, pero salir sin maquillaje ante las cámaras, por Dior que no es justificable.

A eso hay que agregar la acción del Gobierno. La presidenta no pudo ser menos Top y, en vez de mandar el avión presidencial -que es de último modelo, espacioso y con todos los lujos necesarios- mandó un avión de la FACH, que son ruinosos, feos, helados y sin azafata que te atienda. Que mal por esa actitud. Yo creo que si van a gastar recursos estatales, mínimo que sean de primera categoría y con las necesidades básicas que tenemos las mujeres.

Lo único que me tranquiliza, a pesar de todo lo anterior, es que sé que ellas estarán en un buen lugar en el cielo. En el mejor de los Spas que tiene Dior en conjunto a Coco. En ese donde están Bette Davies, Marilyn, Greta Garbo, entre tantas otras, en el cual existe un lugar reservado con mi nombre y el de mis amiga. Porque, sé que sobra decirlo, pero todas las rubias nos vamos al cielo.

2 comentarios:

Proserpina dijo...

jajajaja

puta que me gustó (perdón por el improperio, quizás me veo muy seria pero so buena para las puteadas)

ha sido uno de los mejores que te he leído, está buenísimo.. te faltó hacer alguna alusión a longueira para dejarlo listo, aunque en mi revista lo publicaría igual...

Anónimo dijo...

Para mí, el olvido es la peor blasfemia en la que puede caer un ser humano y la belleza más profunda de la que se puede inspirar un poeta.