
De verdad no puedo creer las cosas que suceden en los almuerzos, o mejor dicho después de ellos. Con una amiga nos juntamos a quebrar la dieta y comer pastas hasta reventar, con la consabida bebida baja en calorías, porque una igual se tiene que cuidar el peso y cualquier gramo que se ahorre es bueno. La cuestión es que después de atragantarnos con esas delicias caseras de la Trattoria, nos fuimos a su oficina a pensar en cuánto rato de gimansio deberíamos hacer para compensar la gula que nos invadió.
Entre palabra y palabra, al final mandamos lejos eso de los kilos de más y sacamos el macramé (que es lo más top en tejidos) estilo copuchas de última hora. A medida de que el íbamos charlando, el tejido iba agrandándose a tal punto de que los enredos más ocultos salieron a la luz.
Mi amiga estaba mordiendo su lengua para que no saliera ni una palabrita, pero una no es tonta y sabe que un secreto y entre medio de dos mujeres tejiendo dura menos que prendas exclusivas con 90% de descuento.
Y justo esa cosa tan oculta se trataba de una de mis mayores enemigas. Una perra cualquiera, falta de finura y glamour, porque no es lo mismo ser perra que bitch. Una bitch tiene clase y destreza social, mientras que una perra es una cualquiera venida a más; y la s bitch no venimos a más, ya que somos más y no nos preocupa "tanto" el resto.
La cosa es que el secreto era tan grande que no podía dejar de pensar. Y no porque no lo supiera con antelación, sino que el otro involucrado fue el que me sorprendió. "Por Dior and Yves Saint Laurent", dije. Esta sí que se ganó el cetro de perra, y en mi mente maquiavélica el lado oscuro (ese de que te gusta Agatha Ruiz de la Prada y los Gucci) me decía sé mala, sé mala; pero como soy una dama de alcurnia y sociedad, acepté la recomendación de mi lado sobrio y cuerdo (ese con olor a Burberry y Chanel). "No haré nada, porque aunque se lo merezca, (aquí recordé a Patty Cofré) que agradezca que soy una dama.
Así que la próxima vez que la vea, no será Cruela de Vil, sino que la trataré como a una amiga, total, ya no tiene nada que ocultarme y yo sí tengo cosas de que reírme. No contaré nada, ya que se merece un poco de respeto por esa jugada perruna. Y eso que falta poquiiito para verle su faz again. Wuajajajjaa.
2 comentarios:
He leído el libro que me prestaste.
Creo que no le llega ni a las uñas cortadas del pie de Lemebel.
No es tan punzante, no es afilado, no es crítico, no es duro... es...jaja, tal como lo dijiste superficial.
A mi criterio tú mismo escribes mejor que él.
Pero me ha entretenido, eso no puedo negarlo, a pesar de que he tenido poco tiempo para tomarlo y apenas llevo unas cuarenta páginas.
No te he visto en la U pero espero que estés bien y que ese problema de tv se solucione pronto. Uno no se imagina que ese tipo de injusticias pueden ocurrir en el lugar donde uno estudia, sin embargo pasan y espero que en tu caso, a pesar de haber tenido la mala suerte de que te tocara, ahora te toque la buena suerte de solucionarlo rápido...
Ya, me largo, cuando termine el libro te lo dejo con el Enzo...
Saludos...
jaja, sí, es cierto que cuesta.
Lo he visto desde mi propia casa, a mi madre le costó un mundo hacer un hiperbook para séptimo básico, mientras que para media no le cuesta casi nada.. y todo es por la simplificación..
Pero es cierto que es entretenido.
Ya po, ojalá que nos topemos uno de estos días en la U...
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