Sunday Tea Party II



No podíamos creerlo. Si media hora antes habíamos recibido el mensaje de Logística que decía "parece que Blanche me dejó pagando otra vez, jajaja". Pero no, ella estaba allí, sentada como las diosas con su copa de vino en la mano.

Después de saludar a quienes llegaron a la hora, la sed de Logística pudo más y se levantó ágil como mariposa y se transformó en Barbie Barwoman, con gran capacidad de abrir botellas y sed impresionantes. Claro que ella había bebido con anterioridad, por lo que Stacy terminó por ser la barwoman de la noche.

La cosa es que en a casa de Barbitúricos estábamos celebrando sus 50 años, pero descubrimos que eran más. Ella se puso a comentar cómo había destruido a todas las civilizaciones del mundo antiguo. Como cuando los incas la llevaron de sacrificio a los dioses, y éstos la mandaron de vuelta porque querían una virgen, no a la puta del pueblo. También nos comentó que para verse tan joven, obvio que secaba a todos los hombres iniciados y ganosos, para darse baños de leche fresca.

Por DIOR que nos entretuvimos. Entre copa y copa (sí, porque todas las Divas Pop Star tomamos en copa). Cada cual con sus historias entremezcladas. La realidad y la fantasía, el vodka y el vino, el cotilleo escaso, no por pobreza, sino por dieta.

Y la Barbitúricos feliz de la vida, apoyando al calentamiento global, contando sus historias de diosa del sexo, como cuando sacaba petróleo con el taco aguja. Y la Blanche, callada un momento, indiferente frente a Stacy. Mientras que Hardcore Rock Punk Gótica pedía hijos en medio de sus locuras de rockera Paris Hilton.

Logística en un lado, cuenteándose a Stacy... todo bien hasta que Yuken llamó y, como las cenicientas teníamos que retirarnos, porque al cochero del carruaje metro no le pagan horas extras.

Eso hasta que Stacy dijo, como las diosas, VAMONOS A MI DEPTO. Ella, la que tiene su gaytown propio en la casa invitó a beber algo a todo Malibú Beach en su hogar de soltera.

Así, las 5 estrellas de la noche fueron taconeando firme y parejo, pero por DIOR, ninguno de los carruajes era de nuestro pelaje y alcurnia. Estábamos a punto de llamar al jet privado, cuando apareció ese auto color platino majestuoso y nos llevó a todas las, ahora Barbie princesas, hasta
el palacio de Stacy Malibú... (continuará)

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